IDENTIFICA
EL MIEDO A SER VISTA
Exponerte ante los demás tal y como eres, implica mostrar tus partes más vulnerables y más profundamente heridas. Expresar lo que eres de manera genuina te ha llevado anteriormente a situaciones de rechazo, juicio, crítica o a ser ignorada o abandonada.
Esto ha provocado que una parte de ti se haya roto, se haya separado, dividido. Así, te disocias de ser tú misma para evitar volver a sentir eso, para protegerte. Porque es la única forma que tienes para sentirte segura y evitar que te hagan daño.
EL MIEDO A SER VISTA OCULTA DETRÁS UN PROFUNDO DOLOR
Creas una coraza que te separa de ti misma, de tu intuición, de tu cuerpo. Te anestesias de mil maneras para evitar no sentirte aceptada, valorada, vista. Para evitar sentirte como alguien no es merecedora de ser amada. De este modo vas creando poco a poco tu personaje público. El que muestras al exterior, el personaje que consideras merecedor de atención, cariño y amor externo.
Te sumerges en experiencias y proyectos de vida que te han enseñado que son socialmente valorados, pensando (desde la cabeza) que es lo que verdaderamente deseas. Pero no te paras a sentir realmente qué es lo que realmente deseas. Y si lo haces, a menudo no eres capaz de discernir qué deseas tú y que desean los demás para ti, porque te encuentras muy lejos de quien realmente eres.
Con el tiempo vas consiguiendo cosas. Las metas que creías que eran tuyas, que creías que te harían feliz. Pero un día, siendo honesta contigo misma, te das cuenta de que en el fondo de ti hay un sentimiento de insatisfacción latente. En al menos un área de tu vida sientes que te falta algo. Aunque según lo que te han contado, ya has conseguido todo lo que hace falta.
LA INSATISFACCIÓN LATENTE ES UNA LLAMADA DE TU ALMA PARA QUE REGRESES
Y puede que busques y busques incansablemente en un esfuerzo por llenar ese vacío. Te sumerges en el trabajo, en relaciones, compras (a menudo innecesarias), redes sociales… O quizás puedes recurrir a llenar ese vacío con sustancias, comida, alcohol, sexo… Pero por más que intentas llenarlo, por más que te esfuerzas, algo sigue fallando. Quizás ya has comenzado a observar que te sientes permanentemente cansada, abrumada, agotada del esfuerzo por sostener tu personaje.
El primer paso para romper este círculo es llevar tu mirada del exterior al interior. Comenzar a conocerte o reconocerte y darte ese espacio de seguridad y confianza para poder sostenerte y expresar lo que eres. Aunque resulte enormemente incómodo.
Te cuento un secreto, si te rindes al proceso, las resistencias y esa incomodidad irán en descenso.
LA SOLUCIÓN PASA POR MIRAR A TU INTERIOR
No hay otra.
Y mirar hacia adentro duele. Porque conlleva ver todas esas partes que rechazas, ignoras, enjuicias y criticas de ti. Pero a su vez son esas mismas partes las que más amor, atención y cariño necesitan en este momento. Es un proceso doloroso y lento, sí. No hay píldoras, ni secretos mágicos. Solo abrazar, contener y atender con cariño cada una de esas partes. Es un proceso que requiere buenas dosis de coraje, valor, confianza y mucha, mucha paciencia y comprensión.
Y esto es todo un reto, pues vivimos en la era del hedonismo y la inmediatez.
CON CADA PARTE DE TI QUE ACOGES, RECONOCES Y SANAS, TE VAS LLENANDO DE PODER
Te espera sentirte completa, fuerte, poderosa, satisfecha. Se apodera de tu un sentimiento de éxito, de amplitud, de seguridad. Es exponerte al mundo con seguridad y confianza, sintiéndote sostenida de forma permanente, independientemente de lo que suceda en el exterior.
Los demás te ven como una mujer magnética, bella y atractiva, pues tu energía trasciende por completo de lo físico y conecta con las personas, con lo auténtico. Y eso es atracción. Es mostrar tu fuerza en tu vulnerabilidad, sintiéndola protegida, sabiendo que tú tienes el poder y la soberanía sobre ti, pase lo que pase. Es sentirte empoderada en todos los ámbitos de tu vida y no aceptar menos de lo que mereces, menos de lo que te das a ti misma, que lo es todo.
Es conectar con tu intuición y tu creatividad, haciendo que las cosas sean más fáciles en tu vida. Las respuestas y soluciones llegan a tu mente solas, sin esfuerzo, porque nacen de ti. Y eres capaz de transmitirlas a los demás en todas las áreas de tu vida. Sentirte así te hace diferente a los ojos de los demás.
Y cuanto más te reconcilias contigo misma, más te acercas al que es tu propósito de vida. Y alinearte con tu propósito de vida es saber qué has venido a hacer, qué ha venido a aportar tu alma en esta vida. Y esa es la mayor satisfacción que puedas sentir. Es estar en sintonía contigo misma y con todo lo que te rodea. Es sentirte plena y completamente satisfecha con quien eres y con lo que haces.
Es conectar con la abundancia que hay en ti, y cuando conectas así, proyectas abundancia material en el exterior. Es continuar aprendiendo de la vida, pero desde un lugar más cómodo, coherente y con sentido. Es reconocer los regalos que te da la vida y aportarlos a los demás.
El objetivo merece la pena.
BIENVENIDA AL CAMINO PARA VOLVER A SER TÚ
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